domingo, 4 de diciembre de 2016

Una pistola como la de Larra, de Ángel Lara Navarro

Autor

Ángel Lara Navarro (Madrid, 1972), autor de Playa de Ákaba perteneciente a la Generación Subway, ha publicado en las antologías de Cuentos de Navidad, Madrid en Feria, Refugiados y Crímenes Callejeros y, según se proclama, está "en formación, hasta que la muerte nos separe".



Una pistola como la de Larra

Con prólogo de la editora de Playa de Ákaba, Noemí Trujillo, Lara escribe con punta afilada una compilación de relatos con personalidad propia, ligados por un hilo conductor que los entrelaza a modo de capítulos de una novela, y que no es otro que Mariano José de Larra.

En su obra, Lara pone de manifiesto una estructura paralela, que compara los artículos del periodista crítico del siglo XIX con la situación sociopolítica y cultural actual. Mediante un lenguaje cercano, irónico y de narración presente, incide en temas tan diversos y relevantes como el mal funcionamiento de la burocracia y el funcionariado del país, los prejuicios de los mayores sobre los jóvenes y viceversa, la crisis capitalista, la decepción y depresión generalizadas, la picaresca latina de poca monta, el machismo y los protocolos familiares, los programas del corazón atrayendo audiencias, los discursos políticos adaptados a la ideología que deban representar, el sometimiento de la prensa -como cuarto Poder- a la política y la falta de constatación de las fuentes.

Opinión personal

Personalmente, siento debilidad por la vida y el pensamiento de Larra. El movimiento romántico, como se expresa en el prólogo, no se entiende en el siglo XXI del mismo modo que en 1800. En la actualidad, un romántico es un sensiblero, enamorado, tierno, apasionado, delicado. Una de las acepciones de la RAE es "sentimental, generoso y soñador". En el siglo XIX, el romántico luchaba por la libertad de pensamiento y expresión en todos los ámbitos, siendo el suicidio la muerte por excelencia.

He de decir que, como no podía ser de otra manera, la obra me resulta de lectura imprescindible. Los temas son elegidos a conciencia y tratados con la atención y delicadeza que merecen. La narración es accesible y aparentemente sencilla. Sin embargo, conlleva un importante trasfondo que invita a la reflexión. Resulta tan necesaria como acertada considerando el panorama actual, y aconsejo a todos los lectores a dedicarle unos minutos de su tiempo. Asimismo, se puede acceder a las propias explicaciones del autor a través de su entrevista en Castillos en el Aire.

El tono de Lara es tan crítico como el del propio Larra. En ningún caso desfasado, sino todo lo contrario. Sirve de introspección y, al mismo tiempo, ofrece el conocimiento del trabajo de uno de los autores románticos más importantes, desgranando sus propios textos.

Suscribo la reseña La lucidez da en el blanco, como dice Eduardo S. Aznar. Lamentablemente, los temas que aborda son solo la punta del iceberg. 

¡Lo quiero!




La compilación se puede adquirir AQUÍ. Se trata de 92 páginas, editadas por Playa de Ákaba, a un precio de 9,95 €. Todo un lujo.

sábado, 3 de diciembre de 2016

Reseña de EQUINOCCIO, por Jesús de Matías Batalla


El periodista y maestro en Radio Jesús de Matías (Alcalá de Henares, 1988), autor de Los vesos del destierro, en +LECTORES, me sorprende con esta detallada reseña:

«Con un planteamiento inicial basado en las historias paralelas de Eduardo Yuste (estudiante de oposiciones a judicatura) y Anastasio Rojo (detective privado retirado), la novela ‘Equinoccio‘ (Playa de Ákaba, 2016), de Jimena Tierra, es una apasionante historia ambientada en Madrid en la que el lector vivirá cómo las fuerzas opuestas internas y externas llevarán a los personajes por caminos que no imaginaban, pero que tienen que superar.

Eduardo Yuste es un joven metódico que vive con la única compañía de su madre y los libros, centrados en estudiar las oposiciones. Pero hasta en las habitaciones más cerradas hay ventanas, y a través de una de ellas Eduardo observa durante un tiempo a una chica joven, Verónica, hasta que finalmente se decide a salir corriendo tras ella, cambiando su vida para siempre desde ese momento. Ella le introducirá en el peligroso mundo de las sectas satánicas, en una serie de rituales perfectamente descritos por Jimena Tierra, un universo diabólico que alejará a Eduardo de su cotidianidad y le introducirá en la oscuridad y la peligrosidad de una secta de este tipo.

Por su parte, Anastasio Rojo como detective tendrá que investigar las verdaderas razones por las que un joven llamado Israel se suicidó, en un trabajo encomendado por los padres de esta víctima. Reincorporarse al trabajo será muy duro para el detective, que aún no ha superado la muerte de su hija, pero se verá obligado a hacerlo por las circunstancias. Y si Eduardo tiene un apoyo en su madre, Anastasio lo tiene en la voluntad inquebrantable de su psicólogo, disponible siempre para intentar sacar al detective del agujero negro en el que se ha convertido su vida.

‘Equinoccio‘, que en pocas semanas ya ha agotado su primera edición y ya va por la segunda, es una novela imprescindible para cualquier lector amante de las novelas de misterio y terror, con una buena trama, personajes con perfiles psicológicos muy bien dibujados y con una alta dosis de párrafos que se clavarán en la retina como si fueran una imagen a todo color no sólo de los escenarios, sino también de los estados de ánimo y sufrimientos de los personajes. Unos, como los mencionados Eduardo, Anastasio y Verónica, viven con fuerzas opuestas luchando hasta estar a punto de quebrarse. Otros, como Seth, con un objetivo tan claro que no durarán en hacer todo lo posible o imposible por lograrlo. »




martes, 8 de noviembre de 2016

Cicatriz, de Sara Mesa

«No hay que ceder nunca al impulso primario. Es así como yo lo prefiero».

Acabo el mes de octubre con un sabor agridulce al finalizar el libro. Sara Mesa (Madrid, 1976) consigue desorientarme con una lectura distinta a las que acostumbro, centrada en la trayectoria de los personajes diferentes, pero complementarios, que se conocen a través de un chat literario en internet y que fomentan una amistad simbiótica en la que ambos se aprovechan de las carencias del otro para darle mayor sentido a su rutinaria existencia.

Autora

Sara Mesa ha sido finalista en el Premio Herralde de Novela con su publicación Cuatro por cuatro y Cicatriz ha sido elegido como uno de los libros del año por los lectores de El País, El Mundo, ABC, El Español y otros medios.  Precisamente por ello y por las buenas críticas cosechadas en su último trabajo, es por lo que escojo leerlo en mi primera toma de contacto con la autora.
«Hoy me he acordado de ti. Debo reconocer que me acuerdo de ti con frecuencia. Durante todo este tiempo me he preguntado cómo estabas, qué estarías haciendo. También me preguntaba si pensabas en mí, en nosotros, y en lo que pasó. Yo guardo buenos recuerdos». (Fotografía de Wikipedia)

«Los lectores nos sentimos atrapados por esta fascinante escritura, que es, a un mismo tiempo, oscura y luminosa», dice J.M. Guelbenzu, El País.

Trama

La contraportada lo argumenta como "una historia de amor descompensado", pero personalmente no lo veo así. Sonia lleva una vida de monotonía asfixiante, un trabajo reiterativo alejado de toda creatividad e iniciativa -a pesar de su vocación literaria-, una familia cotidiana poco motivadora, y su nuevo «amigo» es el aliciente que ella necesita para salir de la rutina a la que está sometida y de la que pide a gritos sordos huir. Un aliciente que roza la frontera entre la ética y la legalidad, que le encumbra hasta hacerse sentir imprescindible, dotándole de una incontrolable atracción no continuada que se hace recurrente a lo largo de los años.

De otro lado tenemos a Knut Hansum, el apodo que utiliza el otro protagonista refiriéndose a un famoso escritor considerado como el padre de la novela moderna en escandinavia, y al que tengo cierto «cariño» a raíz de mi artículo Knut Hansum, memorias de un noruego nazi. Desde mi perspectiva, el nick está extraordinariamente elegido por la persona que lo oculta. Hansum es un niño-hombre que no encaja, que tiene una serie de carencias existencial que llena a base de lectura y de la necesidad irrefrenable de robar. Lo de menos es el producto sustraído. Lo vital es la sensación que le transmite el peligro y la satisfacción personal de solventarlo. Su aliciente, como muchos delincuentes, es ser reconocido. Un testigo de vista gratuito e inocuo que le permitirá su autorrealización personal.
Fotografía de wikipedia

Perspectiva personal

La novela me ha gustado mucho, los personajes están muy diferenciados y, a pesar de que no hay una descripción exhaustiva de ellos, el lector sabe perfectamente la boca de quién habla sin necesidad de presentaciones previas. Son protagonistas escogidos con realismo, que no evolucionan y cometen los mismos errores a pesar del paso del tiempo y que son fieles a sus identidades.
Es una trama explicada desde el punto de vista de un narrador omnisciente, en presente, lo que aumenta la frialdad y el distanciamiento con el lector, pero le permite analizar con objetividad el comportamiento de los núcleos centrales de la novela, comprender e incluso justificar el escenario en que están inmersos.

Editorial

Leída en Anagrama, 194 páginas.

viernes, 28 de octubre de 2016

Recuerdos

Fran sabe dónde está la habitación. Abre la puerta y pulsa el interruptor. Hace malabares para evitar su reflejo en el espejo ovalado. Apoya el paraguas sobre la cómoda de madera y se mete en la cama con gabardina y zapatos. Esta será la cuarta noche sin dormir. Lleva a la espalda varios cafés y el miedo a que se le meta dentro. Hay pasos en la escalera. Alguien sube. Apaga la luz y se cubre la cara con las mantas sofocándose por el calor que exhala su propia respiración. Oye el crujido de la puerta. Empieza a tiritar. Se trata de una mujer. Ha estado antes allí. Lo deduce porque los tacones se desplazan a oscuras cómodamente por el dormitorio abriendo y cerrando las gavetas del armario. Si ha venido a robarle no encontrará nada de valor. Que se vaya. Pero que se vaya ya. Ella suspira y le pregunta entre susurros si está dormido. ¿Habla con él? Le ha descubierto. Quizás haya sido el paraguas. ¡Jodido error de principiante! Ha dejado una prueba fehaciente. También ha dejado un arma. Mantiene el silencio concentrándose en los nombres de los dedos de la mano. Los repite una y otra vez aplacando la tensión, aunque no recuerda cómo se llama el más pequeño. Ella abre el cajón de los pijamas. Fran lo reconoce porque suele encajarse y hay que sacarlo tentándolo con ambas manos guardando el equilibrio. Suena a ropa revuelta. La mujer tropieza bruscamente. Casi se cae. Suspira de nuevo y sale del dormitorio. Adónde habrá ido. Fran enciende la lámpara. Se yergue con pulso acelerado y sudoración porcina. Se ha llevado el paraguas. La única posibilidad que tenía de defenderse. Sortea el charco de agua en el parqué y rebusca sigiloso entre sus cosas. Los relojes y las estilográficas siguen ahí. Contiene el aliento. Bajo el joyero que le sirve para organizarlos hay una nota doblada. No la había visto antes, pero el papel está manoseado. Se la acerca a los ojos hasta que distingue letras. Hay una fecha. Han pasado siete años. «Te querré hasta cuando no te recuerde», lee. Está firmada por él. Debe ser él, porque pone Fran. Un escalofrío le calcina como un rayo. Su depredador. Intuye que ya le ha penetrado. Esta vez el cabrón ha sido raudo. De nuevo, los pasos en la escalera. Esta vez son más lentos. Más cansados. Las manos convulsionan tratando de dejarla en su sitio y cae una fotografía. Muestra una pareja. Están cogidos la mano, vestidos de novios. Él sonríe. Una sonrisa natural, espontanea. No la ha forzado para el retrato. Realmente es feliz. Fran se ha quedado tan embobado que no se ha dado cuenta de que está enfrentado al espejo. Da un brinco. Se mira. Horrorizado, levanta la imagen hasta la altura de su cara. Es él. Se acongoja al percatarse de que la mujer está en el umbral de la puerta. Le observa en silencio como una aparición espectral de aspecto melancólico. Se sobrecoge al reconocerla. Está convencido de que es ella. La que le agarra la mano en la foto. Le aborda el impulso incontrolable de chillar, pero su voz se estrangula en la garganta. ¡Sal de mí! Se flagela avistando una tormenta eléctrica en su cabeza. Pero no sale. Nunca sale. Se alimenta de sus recuerdos, cada día más voraz. Lo asume con resignación. Sonríe a la desconocida. Esta vez, sí es una sonrisa preparada. Pero ella se la ha devuelto. Se le aproxima y, con ternura, le ayuda a quitarse los botones de la gabardina húmeda. Él se deja, desconfiado. Examina cada detalle sometido a un vacío atronador. Entonces tiene la certeza de que, aunque no lo entienda, está haciendo lo correcto. Que así encubre a su depredador.

domingo, 23 de octubre de 2016

La luz que no puedes ver

Gracias a mi amigo Pablo Roldán llega a mis manos esta novela tan significativa de Anthony Doerr, ganadora del premio Pulitzer 2015 y, a mi juicio, muy merecedora de ello. La he leído hace tiempo, concretamente en enero del 2016 hacia la llegada de los Reyes Magos o, como dicen en la segunda lengua más hablada después del Chino, Three Wise Men (siempre me ha hecho gracia esta traducción), pero por una serie de sucesos personales y profesionales no he podido compartirla con vosotros hasta ahora, y era de esas cosas que no merecían esperar más.

¿De qué va la novela?

La trama se compone de dos historias que se entrelazan a medida que avanza el argumento. De un lado tenemos a Werner, un muchacho alemán que se ve abocado a participar activamente en la guerra como consecuencia de tener un talento innato en base a la fabricación y reparación de aparatos de radio.

De otro, a Marie-Laure, una joven ciega parisina cuyo padre trabaja como responsable de las cerraduras del Museo de Historia Natural, y que se ve obligada a huir cuando los nazis ocupan la capital llevándose la más preciada joya del centro.

Ambos caminos se entrecruzarán en una trama escrita bajo una caligrafía cercana y preciosista, con espléndidos detalles que le sitúan al lector directamente sobre el escenario, tomando como hilo conductor valores como la bondad y la solidaridad frente a la hostilidad inherente a la beligerancia de toda guerra y, en el caso que nos ocupa, la Segunda Guerra Mundial.
Fotografía de Wikipedia
Contexto histórico

La novela se desarrolla durante la ocupación nazi de Saint - Maló, la joya más brillante de la Costa Esmeralda en la Bretaña Francesa. No creo que debamos catalogarla como novela histórica, puesto que el principal objetivo del escritor es narrar cómo viven la guerra ambos protagonistas desde las perspectivas de sus países de origen, sin llegar a hacer un examen exhaustivo, como tantas otras, de la actuación del Fürher, el Holocausto judío o la división de fuerzas.

La guerra es un escenario en el que se enmarcan sus actuaciones y, como tal, Doerr ofrece pinceladas -que, por otro lado, son fundamentales-, sobre la nueva mentalidad que se gesta en Alemania y que arrastra Werner sin darle opción a decidir, presentándole en situaciones a las que debe adaptarse aun sintiendo que no encaja, de la misma manera que Marie-Laure se ve obligada a huir de París y entablar una nueva vida en Sain- Maló, un paraíso lleno de detalles que saborea exponiendo todos sus sentidos bajo la sombra del temor que imprime la ceguera y la intranquilidad que aporta la desinformación.

Doerr pasa por las «grandezas» de las juventudes hitlerianas y el incendio que vivió Saint-Maló como medios de locomoción que fuerzan el encuentro de los dos niños.

Una vez más, se recalca la gran pérdida que suponen este tipo de conflictos, especialmente en mujeres y niños.

Fotografía de Wikipedia
Anthoy Doerr

Personalmente no le conocía hasta ahora. Es licenciado en historia, autor de libros de relatos como Four Seasons in Rome o la novela About Grace. Sus obras han logrado varios premios, desde el Barnes & Noble Discover Prize, el Rome Prize, el New York Public Library's Young Lions Award o el 2010 Story Prize, entre otros muchos.

En 2007 la revista literaria británica Granta le incluyó en su lista de los veintiún mejores novelistas estadounidenses.
Fotografía de Wikipedia
Opinión personal

Sin duda alguna merece una lectura esta obra maestra que, a pesar de ser extensa, no tiene desperdicio y se lee fácilmente desde una perspectiva nostálgica que no deja de fomentar en el lector la única pregunta que cabe en estas historias: ¿por qué?

Editorial / Precio

La edición en papel, que es la que yo he leído, es de SUMA, al precio 19,90 €. Por supuesto, la podéis encontrar en digital en plataformas como Amazon por mucho menos. Son 658 páginas que presentan una lectura sencilla y accesible a todos los públicos, con grandes dotes de dramatismo.



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viernes, 13 de mayo de 2016