martes, 13 de junio de 2017

Hoy charlamos con... MARCELO LUJÁN

(Buenos Aires, 1973)

A principios de 2001 se radicó en Madrid, donde trabaja como coordinador de actividades culturales y talleres de creación literaria. Publicó los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006), y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007). Los libros de prosa poética Arder en el invierno y Pequeños pies ingleses. Y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009), Moravia, y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett 2016, entre otros). Parte de su obra fue seleccionada en campañas de fomento a la lectura y traducida al francés, italiano, alemán, inglés y checo.


1. ¿Le gustaba estudiar en el colegio o era de los que se hacían los remolones?

Más que remolón, era bastante vago. Pero sí, digamos que pertenecía al segundo grupo. Intentaba cumplir lo justo y necesario para aprobar las asignaturas (que era la única obligación que tuve hasta los diecisiete o dieciochos años). Después me tocó hacer el servicio militar (obligatorio en Argentina en ese entonces). Y después, en la universidad, fui mucho más aplicado.


2. ¿Cuándo decidió que quería ser escritor?

Desde muy chico. A los nueve años le pedí a los Reyes un patinete y me trajeron dos libros (bueno, también me trajeron el patinete). Lo cierto es que fueron esos dos libros los que me iniciaron en la lectura de un modo más o menos habitual. Quiero decir que incorporé la lectura a mis actividades cotidianas (la lectura siempre es fundamental pero lo es mucho más en la infancia). Con la lectura de esos dos primero libros (eran ediciones juveniles, no infantiles) me di cuenta de que quería hacer lo que hacían esos tipos: contar historias.



3. ¿Recuerda lo primero que leyó?

Aquellos libros que me trajeron los Reyes: Dos años de vacaciones, de Julio Verne; y Corazón, de Edmundo De Amicis. Por Julio Verne empecé a sentir devoción, por supuesto.



4. ¿Qué libro le gustaría haber escrito?

Cualquiera de Julio Verne (aunque de adulto no leí casi ciencia-ficción). Me hubiese gustado tener su cabeza, su visión, su poder ―casi sobrenatural― para anticiparse a lo que vendrá. Era un genio. Hace poco volví a soñar con el capitán Nemo: entraba con el Nautilus por el Manzanares. No sé qué clase de metáfora encierra esa imagen pero fue lo que soñé.


5. Desde su punto de vista, ¿qué carencias tiene la literatura contemporánea?

La literatura no tiene carencias porque siempre es maravillosa. El problema radica en las personas que la abordan. Actualmente la mitad de lo que se publica (al menos en España) es de muy baja calidad o están mal editados. O ambas cosas. Por lo tanto, el lector medio tiene que bucear demasiado entre el fango. Ese es el problema: el fango.



6. ¿Recuerda lo más difícil que ha tenido que narrar?

Qué buena pregunta. Creo que el capítulo final de La mala espera. Y creo que la dificultad estaba relacionada con el miedo. Era mi primera novela y, llegado a esa instancia de la narración, sabía que lo había hecho más o menos bien. Y tenía muchísimo miedo de joderlo todo ejecutando un mal final. Fueron uno días angustiantes, Me rapé la cabeza a cero. No sé por qué milagroso motivo no enloquecí del todo.


7. ¿Qué opina de la protección que el Estado español ofrece a la cultura y, en concreto, a los escritores?

Es regular. A veces hay buenas intenciones. Pero mucho me temo que a nuestros dirigentes (no al Estado, sino a los gobiernos) la variable cultural poco les importa. En este hemisferio nuestro ―mal globalizado―, lo único que importa es la variable económica. Y la variable económica y la cultural no son buenas amigas.



8. Háblenos de su último trabajo.

Después de la publicación de Subsuelo, he tenido la suerte de que me reeditaran una colección de cuentos y una novela. Moravia (novela, Salto de Página), y En algún cielo (cuentos, Playa de Ákaba). Este último es una recuperación que me hizo muchísima ilusión porque se trata de mis primeros cuentos (de cuando era joven y valiente, que suelo decir). Es, también, una edición revisada que incorpora un texto inédito, La edición original de En algún cielo fue consecuencia de un premio (Ciudad de Alcalá de Narrativa), y no tuvo apenas distribución comercial. De modo que ahora el libro estará más cerca de los lectores. Eso siempre es gratificante.


9. ¿Qué es, para usted, la literatura?

Es una parte muy importante de mi vida como individuo. Procuro que no lo sea todo (a veces lo consigo). Al ser autor, literatura y creación literaria van muy de la mano. Dijo Haroldo Conti (escritor al que admiro profundamente): ‘Soy escritor sólo cuando escribo, el resto del tiempo me pierdo entre la gente’.


10. ¿Un escritor nace o se hace?

No lo sé. Supongo que ambas cosas. Pero no me hagáis muchos caso.



Muchas gracias por su participación en el blog cultural El invierno de las letras. Le deseamos éxito en su trayectoria literaria.